Se pueden establecer varios criterios de clasificación de las proyecciones cartográficas. A continuación se exponen dos tipos:
En función de las propiedades métricas que conservan:
• | Conformes: conservan los ángulos. Es decir, dos líneas en el elipsoide que se cortan formando un cierto ángulo, en la proyección seguirán formando ese mismo ángulo en el punto de corte. Esto implica que el módulo de deformación lineal es constante en todas las direcciones en el entorno de un punto. Por estos motivos, son las más utilizadas en topografía. |
• | Equivalentes: conservan las áreas. Para conseguir esto deforman el territorio alargando en un sentido y acortando en otro de manera que el tamaño de la superficie permanece constante. Son útiles para catastro, datos fiscales, estudios estadísticos, etc. |
• | Equidistantes: conservan la distancia de ciertas líneas o direcciones (líneas automecoicas), por ejemplo, a lo largo de los meridianos, pero deforman el resto. |
En base a las definiciones geométricas de los distintos sistemas (figura 3):
• | Proyecciones: se proyecta directamente la superficie de referencia sobre un plano. |
• | Desarrollos: se considera en primer lugar una superficie cónica o cilíndrica tangente o secante al elipsoide. Después se desarrolla esta superficie en un plano. Si el eje del cono o del cilindro coincide con el eje de rotación de la Tierra, se dice que el desarrollo es directo. En cambio, si está contenido en el plano ecuatorial, se le llama transverso. |

No obstante, las proyecciones que habitualmente se utilizan (como la UTM) no tienen una descripción puramente geométrica, sino que se definen de forma analítica. Sin embargo, normalmente provienen de un origen geométrico al que se le han impuesto una serie de condiciones para que cumpla con ciertas propiedades (por ejemplo, que sea conforme).
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